Biodiversidad

En este apartado vamos a mostraros ejemplos e información de las diferentes especies que habitan nuestros ríos, como ya sabéis, su entorno natural y la calidad de sus aguas son vitales para la vida, ¡aquí os dejamos con nuestros protagonistas!

Salamandra rabilarga, aliso, caballito de mercurio, garza real, libélulas y caballitos del diablo, mirlo acuático, narciso, nutria, rana patilarga, sapo común, tejón, trucha común, violeta de río y visón americano.

Salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica)

Fotografía de Manuel Domínguez Rey. Río Veiga. Guitiriz.

La salamandra rabilarga es un animal elegante con un cuerpo sorprendentemente largo y cilíndrico que porta una cabeza pequeña con ojos grandes y saltones, muy llamativos y situados en posición lateral. Las extremidades son cortas en comparación con el tamaño de su cuerpo. Tiene cuatro dedos en las patas anteriores y cinco en las posteriores. Se trata de un anfibio muy ágil, mucho más que el resto de los urodelos ibéricos y se mueve con rapidez tanto en tierra como en el medio acuático.

 

Su cola es sorprendentemente larga, alcanzando longitudes que duplican la longitud de cabeza y cuerpo. La cola presenta una característica única entre todos los urodelos ibéricos: tiene una utilidad como elemento de defensa pues las salamandras rabilargas son capaces de desprenderse de ella cuando un depredador la agarra. Posteriormente la regenerará, aunque nunca llegará a ser igual de larga como la original.

 

Presentan una coloración parda oscura en los costados y unas bandas laterales de color cobrizo que se fusionan al final de la espalda formando una solo línea en la cola. Destacan a lo largo de su cuerpo unas punteaduras de colores más claros, blanquecinas o azuladas.

 

Se asocia a aguas limpias y bien oxigenadas por lo que se la puede considerar un bioindicador: para su reproducción las salamandras rabilargas se reúnen en lugares con agua corriente muy limpia y con temperatura y cauce constante. Las larvas se desarrollan en pequeños arroyos, en las partes poco profundas y con bastante corriente.

 

Se trata de una de las joyas de los ríos, regatos y otros puntos de agua dulce de Galicia. No en vano es en nuestra comunidad y en el centro y norte de Portugal donde habita la mayor parte de su población mundial, que es muy reducida: se trata de un endemismo ibérico cuya distribución geográfica abarca Galicia extendiéndose hacia Asturias (hasta Cantabria) y hacia el Sur por Portugal alcanza la Serra da Estrela.

 

Su ausencia casi total en el centro de Lugo probablemente sea debida a la falta de estudios. Durante este proyecto de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil hemos tenido la fortuna de encontrarla en las aguas del río Veiga (en Guitiriz) tanto adultos como larvas.

 

Aliso, Amieiro (Alnus glutinosa)

Flor de Aliso

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Este es el árbol típico de las riberas de los ríos. No crece en otro lugar pues necesita tener las raíces permanentemente sumergidas en el agua. Poseen unas raíces muy desarrolladas que tapizan todo el suelo y le permiten sujetarse con fuerza al terreno para aguantar las crecidas de los ríos. Gracias a estas raíces evitan que el río se lleve la tierra y ayudan a frenar la velocidad de la corriente. También crean refugios para gran cantidad de animales como por ejemplo las nutrias. Las raíces aún realizan otra tarea más: filtran y purifican el agua. En ellas también se establece una asociación, una simbiosis con una bacteria que le proporciona al aliso el nitrógeno que necesita para su vida y a cambio, este le proporciona a la bacteria azúcares y cobijo. Gracias a esta simbiosis las hojas del aliso son muy ricas en nutrientes por lo que al caer cada otoño ayudan a fertilizar la tierra y sirven de alimento a muchos de los habitantes del río, especialmente a larvas de insectos. Los alisos también le dan sombra al rio, permitiendo que el agua fluya fresca y rica en oxígeno, lo cual es esencial para muchos de sus habitantes como las truchas. Por desgracia, recientemente los alisos están siendo atacados por un hongo que les causa la muerte. Este hongo se transporta por el agua por lo que se está expandiendo con gran rapidez.

Caballito de Mercurio (Coenagrion mercuriale)

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Los cenagriónidos (Coenagrionidae) son una familia de caballitos del diablo. En España tenemos doce especies en esta pequeña familia, en la que destaca Coenagrion mercuriale, por ser una especie protegida. (Especies muy similares son: Coenagrion caerulescens y Coenagrion scitilum).

Su nombre. Este caballito no tiene nombre común aunque lo podríamos bautizar como caballito de Mercurio (en galego “donceliña de Mercurio”). Veamos el significado de su nombre científico:

  • Coenagrion: viene del griego y significa común + bestia salvaje.
  • mercuriale: hace referencia al Dios romano Mercurio, mensajero de los dioses representado con alas en los pies. Su nombre se debe a la forma de la mancha del segundo segmento abdominal que recuerda el casco de Mercurio.

Cómo es. Mide unos 30mm. Los machos visten una combinación de azul-negro, y las hembras generalmente negro-verde oliva.

Dónde vive. En arroyos de aguas limpias, soleados, escaso caudal y corriente lenta, en lugares con abundancia de vegetación acuática y de ribera, como berros, juncos, eneas y carrizos. Puede vivir en bosques, siempre que haya claros dentro de ellos.  

Cómo vive. Tiene un comportamiento poco llamativo y por ello es difícil de localizar. Vuela de abril a septiembre, siempre cerca del agua y se posa en la vegetación emergente o de las riberas.

Amenazas. Las principales amenazas para la supervivencia de esta especie son:

  • Desaparición de la agricultura tradicional. La intensificación de la agricultura modificó los canales de riego y los substituyó por otras técnicas. La agricultura tradicional mantenía los cauces para riegos o molinos de agua; los canales de riego de los prados constituyen el hábitat principal de esta especie en algunos lugares.
  • Contaminación del agua debido al empleo de fertilizantes químicos.

Cómo ayudar en su conservación: crear  y proteger hábitats  y ayudar a conocer la distribución de la especie.

Algunas normas de protección:

  • Directiva 92/43 (Hábitats): incluida en el Anexo II, como especie de animal de interés comunitario para cuya conservación es preciso designar zonas especiales de conservación.
  • Catálogo Nacional de Especies Amenazadas: Categoría: de interés especial.

Garza real (Ardea cinerea)

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

La garza real es un ave muy  elegante, de figura estilizada, cuello largo y coloración grisácea como bien indica su nombre científico, cinérea, del color de la ceniza. En la época reproductora adorna su cabeza con un “tocado” que la hace aún más hermosa: la línea negra de su cabeza se prolonga con un par de largas plumas ornamentales del mismo color, en tanto que el cuello se halla surcado por dos bandas paralelas negruzcas. Su canto, por el contrario,  no se corresponde con su elegancia: emite un sonido muy característico, como un a aarj, áspero y estridente.

Puede alcanzar un metro de altura pero a pesar de su gran tamaño cuando está posada no es fácil de localizar: es capaz de permanecer totalmente inmóvil, al acecho entre la vegetación de ribera, esperando a que alguna presa se ponga al alcance de su afilado pico. Una vez localizada, tras un movimiento como un latigazo del cuello, la pinza o atraviesa con el pico y después la ingiere.

Cuando emprende el vuelo, su silueta y su gran tamaño alar la hacen inconfundible: vuela con el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola (las cigüeñas por el contrario cuando vuelan llevan el cuello extendido).

Frecuenta lagunas, marismas o riberas de ríos, siempre que cuenten con vegetación y arbolado próximo. Es habitual que ocupe todo tipo de humedales, naturales o artificiales (arrozales, salinas, canales de riego o balsas de piscifactorías), así como pastizales, prados o playas.

Aunque su alimento básico lo constituyen los peces —en general, de buen tamaño como se puede apreciar en la foto—, su carácter oportunista la lleva a incluir en su dieta una gran variedad de vertebrados  como anfibios, reptiles, pollos de otras aves o pequeños mamíferos, crustáceos, moluscos, lombrices, grandes insectos e, incluso, materia vegetal.

La garza real se incluye en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Libélulas y caballitos del diablo

Libelula - Sympetrum sanguineum

Sympetrum sanguineum y Pyrrhosoma nymphula, fotografías de Manuel Domínguez Rey

Muchas especies de insectos están ligadas al medio acuático y dependen de que cuidemos nuestros ríos para sobrevivir. Parte de su ciclo vital lo realizan como larvas acuáticas y una vez realizan la metamorfosis alcanzan la etapa adulta, voladora.

Las libélulas y los caballitos del diablo son los grandes depredadores en el mundo de los insectos del ecosistema del río. Por así decirlo son el equivalente en el río a los leones en la sabana. En fase larvaria capturan pequeños peces, anfibios y otras larvas de insectos; en fase adulta se alimentan de insectos voladores: se ha demostrado que son excelentes indicadores de la calidad del ambiente y que desempeñan una función fundamental en el control de otros organismos que para nosotros sí son perjudiciales y molestos, como los mosquitos o los dípteros.

Libélulas y caballitos, clasificación:

Las libélulas, caballitos del diablo, helicópteros y/o alguaciles son agrupados en un orden denominado Odonata. Dentro de este grupo podemos distinguir:

  • Caballitos del diablo: científicamente se denominan Zygópteros. Son animales con un cuerpo esbelto, alargado que cuando se posan, ponen las alas replegadas sobre el dorso.
  • Libélulas: científicamente se denominan Anisópteros. Son insectos robustos. Cuando se posan mantienen las alas abiertas. Son capaces de realizar enormes migraciones.

Especies. En los últimos años se están realizando muchos estudios para conocer la biodiversidad de libélulas en la Península Ibérica. Se han detectado un total de 78 especies, incluidas las africanas. Algunas de estas especies están en peligro, pues su número se reduce año a año. En Galicia en el decreto que regula la Red Natura 2000 se establecen medidas de protección para las libélulas: Definir los estados de conservación actual y favorable de los odonatos en los humedales y cursos fluviales, con especial atención a las especies Coenagrion mercuriale, Gomphus graslinii, Macromia splendens y Oxygastra curtisii, identificar sus principales factores de amenaza y establecer y desarrollar un protocolo de seguimiento de su estado de conservación”.

Mala fama. La mala fama que tienen estos insectos viene de la edad media cuando los cristianos buscaban conexiones entre el demonio y los seres vivos que poblaban la tierra. Decidieron que había animales que ejercían de puente entre el mal y los seres humanos como por ejemplo los machos cabríos, ranas, sapos, serpientes, búhos… y libélulas. Se creía que a causa de sus enormes ojos eran capaces de leer el pensamiento y transmitirlo al diablo (caballitos del diablo). Hoy en día siguen manteniendo algunos de esos nombres, en Cataluña se les llama “espías demonis”, en el País Vasco “aguja de bruja” en Galicia “sacaollos”

La ciencia ha demostrado que solo son mitos y que por el contrario resultan muy beneficiosas por  su contribución como devoradores de mosquitos e indicadores de la calidad del agua.

Mirlo acuático (Cinclus cinclus)

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Es un ave rechoncha y de cola corta, de plumaje pardo oscuro, casi negro, a excepción del pecho que es blanco. Como bien indica su nombre, vive siempre asociada a los ríos y arroyos. Tiene preferencia por los tramos altos y medios de los ríos, donde encuentra sus lugares de caza favoritos: zonas poco profundas con abundancia de rápidos y de cantos rodados. Se mueve con soltura entre las piedras antes de lanzarse a bucear ayudándose de sus alas para impulsarse bajo el agua. Se alimenta principalmente de las larvas de insectos acuáticos que encuentra bajo las piedras del río. La contaminación de las aguas puede acabar con sus principales presas por lo que requiere de ríos de aguas limpias, siendo un buen bioindicador de la salud de los ríos. El creciente deterioro de ríos y arroyos está relacionado con la cada vez menor presencia de esta especie.

Narciso (Narcissus cyclamineus)

Narciso

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Este narciso se diferencia de otros narcisos silvestres por crecer en los bordes de los ríos y por tener una única flor solitaria de color amarillo intenso con 6 tépalos grandes curvados hacia atrás (de la misma longitud que la corola de la flor). Florece de febrero a abril en las orillas de ríos y regatos.

Esta especie de narciso solo se encuentra en Galicia y el norte de Portugal, es decir, es endémica de esos territorios. En Galicia es común en Orense y mucho menos en el resto de las provincias. Está catalogada por la Xunta de Galicia como vulnerable, es decir, corre el riesgo de estar en peligro de extinción en un futuro inmediato si no se solucionan los problemas que la amenazan.

Todos los narcisos tienen una pequeña cebolla o bulbo enterrado del que brota cada primavera. Estos bulbos son venenosos aunque actualmente se obtiene una sustancia para tratar el Alzheimer.

Desde antiguo los narcisos despertaron un gran interés como flores ornamentales y debido a ello se han generado y propagado muchos clones de origen híbrido, cuya correspondencia con las plantas silvestres es incierta.

El nombre del género tiene su origen en Narciso, joven de gran belleza que desdeñaba toda propuesta amorosa; en venganza, los dioses hicieron que se enamorara de su propia imagen reflejada en un estanque y él terminó arrojándose al agua en busca de sí mismo; al perecer ahogado, en aquel mismo sitio brotó la hermosa flor que lleva su nombre.

Nutria, Lontra (Lutra lutra)

Vídeo de Manuel Domínguez Rey

La nutria es la reina de los ríos españoles. Se trata de un mamífero de la familia de los mustélidos cuyos parientes son los tejones, garduñas, martas, turones, visones, armiños y comadrejas.  Este mustélido que nos ocupa se alimenta principalmente de peces, los cuales captura gracias a su gran agilidad y versatilidad de movimientos bajo el agua: las nutrias están tan adaptadas a la vida acuática que su vida depende irremediablemente de la buena salud de nuestros ríos.

Son muchas las adaptaciones que presenta este hermoso mustélido a la vida bajo las aguas, pero entre ellas cabe destacar las siguientes:

– Cuerpo alargado con “forma de torpedo”: un cuerpo hidrodinámico que mueve con agilidad, elasticidad, soltura y gran rapidez dentro del agua.

– Pies palmeados: los dedos de sus manos y pies están unidos por una membrana interdigital de modo que funcionan como los pies palmeados de las aves acuáticas o las aletas de un buceador. Gracias a esta adaptación las nutrias consiguen alcanzar velocidades increíbles y realizar movimientos muy rápidos en pequeños espacios.

– Pelaje aislante: su denso pelo hace las veces de “traje de neopreno”, de modo que  les aislas del frío incluso  en los meses en los que las aguas están más gélidas.

– Visión acuática: son capaces de ver bajo el agua puesto que sus ojos están adaptados a este medio y funcionan como si de gafas de bucear se tratase.

– Sistema de detección de presas en aguas turbias: poseen unos bigotes largos y muy sensibles alrededor del hocico que les permiten detectar a sus presas aunque el agua tenga un elevado índice de turbidez.

Las nutrias suelen vivir en los ríos y embalses aunque en Galicia también son abundantes en la costa llegando a refugiarse y criar en islas e islotes cercanos a la costa, así por ejemplo habitan varias islas del Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia.

Para sobrevivir las nutrias necesitan ríos limpios con abundancia de peces y bordeados de vegetación densa donde encuentran refugio, por eso son indicadoras del buen estado de conservación de los ríos. Hace algunos años eran escasas debido a la caza y a la contaminación, pero actualmente sus poblaciones se están recuperando de modo que, aunque suele tener hábitos nocturnos, no resulta tan complicado como antaño poder observarlas. Un modo muy efectivo de detectar su presencia es a través de sus inconfundibles rastros y huellas en las orillas de nuestros ríos.Fotografía de Hernán Lago

Rana patilarga, Ra dos regos (Rana ibérica)

Fotografía de Hernán Lago

Rana parda de pequeño tamaño y muy esbelta. Se puede identificar por su mancha oscura detrás del ojo y porque posee unas patas posteriores muy largas. Es una especie endémica de la Península Ibérica, es decir, no vive en ninguna otra parte del planeta. Se encuentra en la mayor parte de Galicia, en arroyos de aguas frías y rápidas, charcas y lagunas de montaña. Vive siempre cerca de la orilla. Se alimenta principalmente en tierra donde captura moscas, escarabajos y arañas. Su coloración es mimética, es decir, se camufla con la hojarasca del suelo del bosque por el que se mueve, lo que le ayuda a no ser detectada por sus depredadores. Cuando se siente amenazada salta al agua. Forma parte de la dieta de muchos depredadores como la nutria, la culebra de agua, la culebra de collar o el visón americano. Es una especie que está amenazada por la contaminación de los ríos, la alteración de los cursos de agua, la introducción de especies invasoras, talas del bosque y vegetación de ribera.

Sapo común (Bufo spinosus)

bufo

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Esta especie de sapo es de aspecto robusto y tamaño grande, siendo las hembras normalmente de mayor tamaño que los machos. El cuerpo es de color pardo-rojizo y está cubierto de “verrugas”. Se extiende por el noroeste de África, Península Ibérica y suroeste de Francia. En la Península Ibérica presenta una distribución muy amplia ocupando una gran diversidad de hábitats. Es una especie muy terrestre, únicamente acude al agua para reproducirse. Se alimentan de insectos, principalmente hormigas y escarabajos. Pasan el invierno enterrados y al llegar la primavera salen de sus escondrijos para dirigirse a sus lugares de reproducción, que pueden ser ríos, charcas, lagunas, embalses, etc. Suelen retornar a los mismos lugares de puesta año tras año. Los machos son los primeros en acudir a las charcas, donde esperan a las hembras. Cuando encuentran a una hembra se sujetan a ella formando lo que se conoce como amplexus, y permanecen agarrados a ella hasta el momento de la puesta para evitar que otro macho fecunde los huevos. Los huevos son fecundados en el momento de la puesta, por lo que la fecundación externa, es decir se produce fuera del cuerpo de la hembra. Existe una elevada competencia entre los machos por aparearse con las hembras, lo que motiva las luchas entre machos. En otoño los animales se desplazan de nuevo hacia sus lugares de invernada. Su actividad es generalmente nocturna. Los huevos se disponen en cordones de hasta varios metros de longitud que suelen depositarse sobre la vegetación acuática. El tamaño de puesta oscila entre 3.000 y 5.000 huevos. Las larvas se alimentan fundamentalmente de las algas que raspan de las plantas o piedras sumergidas. Ente sus depredadores se cuentan tanto aves como cigüeñas, milanos, ratoneros y rapaces nocturnas, como culebras, destacando entre éstas la culebra de collar. Sin embargo, los depredadores con mayor incidencia son las nutrias, que en una sola noche puede consumir varias decenas de sapos. Para protegerse de sus depredadores, pueden segregar sustancias tóxicas por unas glándulas que tienen en la piel. También ante el ataque de un depredador, pueden llenarse de aire para aumentar su tamaño corporal e intimidar a su atacante.

No se considera una especie amenazada aunque en los últimos años podría estar sufriendo un declive de sus poblaciones relacionado con la fragmentación de su hábitat. Uno de los principales factores relacionados con la fragmentación de sus hábitats es la presencia de carreteras. En determinadas zonas, la mortalidad del sapo común por atropello es muy elevada.

Tejón, Teixugo, Porco teixo (Meles meles)

Huellas Tejón

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Si observamos con atención a un tejón enseguida podemos intuir como es su modo de vida: cabeza pequeña pero robusta, ojos pequeños, orejas muy pequeñas, cuello muy fuerte y corto (tan corto que casi no se aprecia), extremidades cortas pero muy fuertes y acabadas en unas garras poderosas… Con estas características difícilmente será un buen corredor o escalador. Es un animal de vida fosorial, o lo que es lo mismo, adaptado a la excavación y vida subterránea, tal y como delatan el conjunto de sus características morfológicas.

El tejón es un mamífero de la familia de los mustélidos (pariente de las nutrias, martas, garduñas, comadrejas, turones…) al que le encanta cavar: cava en busca de alimento, cava para hacer letrinas (son muy limpios y siempre realizan sus necesidades en los mismos lugares) y cavan para construir su propia mansión bajo tierra. Ver a un tejón excavando es una escena que podría recordar la cinematográfica de un ladrón escapando de la cárcel: su cara tiene un diseño facial característico, con dos bandas negras que cubren la zona de los ojos y que le hacen parecer un preso o ladronzuelo.

Los tejones son animales tranquilos a los que les gusta la soledad, y por ello suelen situar sus tejoneras (madrigueras de los tejones) lejos de los seres humanos. Prefieren lugares donde haya abundantes bosques y prados, y por eso es frecuente encontrarlos en bosques caducifolios próximos a ríos. Las tejoneras son una auténtica obra de ingeniería y tienen muchas entradas, un laberinto de galerías y cámaras o “habitaciones”. Acondicionan la cámara principal con material vegetal -hierbas, hojas, musgo-, que renuevan a menudo, a modo de cama para el reposo durante el día. 

Cuando los tejones abandonan sus tejoneras, éstas son aprovechadas por otros animales como conejos, zorros, gatos monteses o ginetas. ¡En algunas ocasiones incluso las comparten y cohabitan!

Son animales onmnívoros, es decir, comen prácticamente de todo, aunque están especializados en el consumo de lombrices de tierra cuando éstas son abundantes.

De hábitos nocturnos, es muy difícil poder observarlo, sin embargo podemos detectar su presencia por sus rastros y señales. El más inequívoco de sus rastros es su huella: es un animal plantígrado y su la pisada recuerda la de un pequeño oso.

Trucha común, Troita (Salmo trutta fario)

Trucha

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

El nombre científico de trutta significa feroz y hace referencia a su carácter luchador cuando queda prendida en el anzuelo de algún pescador. Este pez típico de nuestros ríos puede superar el metro de largo y los 10 kg de peso aunque ya son pocos los ejemplares que alcanzan estas dimensiones, y pueden vivir hasta 20 años. Nuestra trucha autóctona tiene una coloración olivácea-amarilla con pintas rojas, negras o mezcla de las dos dependiendo del rio donde viva. Es un gran depredador, alimentándose principalmente de insectos, tanto de larvas como de adultos que puede capturar al vuelo saliendo totalmente del agua. Su boca está llena de pequeños dientes, no solo en las mandíbulas sino también en el paladar y en la lengua. Estos dientes están curvados hacia atrás de manera que al capturar una presa es casi imposible que se le escape. Las truchas tienen muy buena vista pudiendo distinguir perfectamente los colores así como cualquier movimiento que se produzca alrededor del río, para desgracia de los pescadores. Requieren ríos de aguas limpias, frescas y bien oxigenadas. Cada vez hay menos truchas debido a la contaminación y al aumento de la temperatura del agua provocado por la destrucción del bosque de ribera y por el cambio climático.

Violeta de río (Viola palustris)

Violeta de río

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Esta especie de violeta se distribuye por Europa, Norteamérica y el norte de África. En la Península Ibérica aparece principalmente en el noroeste. Vive siempre en lugares encharcados como zonas próximas a ríos, en turberas, praderas húmedas, lodazales y bosques húmedos de frondosas. Es una planta de pequeño tamaño, de unos 10 cm de altura con hojas basales, pecioladas y con forma de riñón o de corazón. De las axilas de las hojas surgen las flores que son solitarias y de color violeta pálido muy bonitas, aunque sin olor. La flor está compuesta por 5 pétalos y tiene forma irregular.

Visón americano (Neovison vison)

Huella Visón americano

Fotografía de Manuel Domínguez Rey

Este pequeño mamífero carnívoro proviene de Norteamérica. Su llegada a España se debe probablemente a las granjas de pieles que lo importaron para su cría en cautividad. Algunos ejemplares lograron fugarse de estas granjas y prosperar en la naturaleza convirtiéndose en una especie invasora. Actualmente representa un gran peligro para la fauna autóctona debido a su voracidad. 

Tiene un cuerpo alargado y delgado, y patas cortas. Su pelaje es de color negro o marrón oscuro con una mancha blanca en la barbilla y labio inferior. Esta característica lo diferencia de su primo el visón europeo, en el que la mancha blanca se extiende también por el labio superior. Siempre se encuentra cerca del agua, en ríos, embalses e incluso en la costa pues lleva una vida semiacuática. Su dieta es muy variable, alimentándose tanto de animales acuáticos como terrestres: peces, mamíferos pequeños, aves, anfibios, reptiles, artrópodos y crustáceos. Presenta un comportamiento territorial y solitario. Mantienen sus territorios a lo largo de las orillas de los ríos. Tiene un carácter esquivo en sus áreas nativas, sin embargo, aquí no es difícil observarlo a lo largo de los cauces de los ríos o en la costa. Se intenta controlar y erradicar mediante programas de trampeo selectivo.